El Journal of the Royal Society Interface, explica que los aplausos son contagiosos y su duración depende del grupo de personas.
Para la realización de esta investigación, los expertos analizaron un grupo de personas que asistieron a una presentación pública.
La primera persona empezó a aplaudir 2 segundos después que un estudiante terminara su presentación, el resto de las personas comenzaron a hacerlo 0.8 segundos más tarde.
“Usted siente la presión social de empezar a aplaudir, y una vez ha comenzado a hacerlo, hay una presión igualmente fuerte para no detenerse, hasta que alguien comienza a parar”.
“La presión proviene del volumen de los aplausos en la sala más que por lo que haga la persona que está sentada a sulado”.
Los investigadores afirman que aplaudir es una acción que se contagia socialmente. “El equivalente en redes sociales como Facebook o Twitter sería estudiar si usted es más propenso a seguir un atendencia si ve que muchas personas del mundo en general la mencionan o sólo si sus amigos más cercanos lo hacen”.
La próxima vez que estés en un evento público, sé la primera persona en aplaudir para que lo compruebes tú mismo.