Las alergias, tan comunes en primavera, presentan síntomas que nos impiden conducir con total seguridad, ya que el lagrimeo, la conjuntivitis, la rinitis, la fatiga, picores, el malestar general, unido a los molestos estornudos, nos quitan capacidad de concentración y rendimiento al volante.
Adicionalmente, los medicamentos usados para tratar estas enfermedades producen somnolencia y otros efectos secundarios incapacitantes.
Por esto, es muy importante advertir a su médico que es conductor, para que los medicamentos recetados afecten lo menos posible su capacidad de conducir.
Para prevenir un poco las alergias, se deben cerrar las ventanillas del vehículo para evitar la entrada de polen, sobre todo al amanecer pues es cuando hay más polen.
El Reglamento General de Conductores, establece que las personas que padecen enfermedades como Parkinson u otras que afecten el sistema nervioso y muscular, y que produzcan pérdida o disminución grave de sus funciones motoras, sensoriales o de coordinación que incidan involuntariamente en el control del vehículo, no se les otorgará o renovará el permiso de conducción.
A las personas que padecen esquizofrenia, que es un trastorno que provoca alteraciones mentales, comportamiento desorganizado, alucinaciones y delirios no les permiten obtener o prorrogar la licencia de conducción, a menos que haya un dictamen favorable de un psiquiatra o psicólogo, en cuyo caso se renovará la licencia con una vigencia máxima de un año.
Otras enfermedades que incapacitan para la conducción son la enfermedad de Alzheimer, la epilepsia, la esclerosis múltiple, los trastornos neuromusculares y los trastornos del sueño, entre los que se encuentran el insomnio, la hipersomnia, la narcolepsia o el síndrome de apnea del sueño.