Dos declaraciones opuestas, una de ellas hablando del fenómeno viral que hizo que hoy sea una de las propuestas juveniles más firmes de la industria, y la otra desgarradora para quienes conocen la historia de vida de este chico que tuvo que pasar momentos sumamente difíciles en su infancia…

“Las plataformas digitales se rigen por el gusto de la gente y no por el comercialismo de una firma discográfica como antes, ahora las redes sociales son un parámetro, mientras que la venta de boletos son la medida de un impacto verdadero”.

Hay que recordar que Luis Coronel nació en Tucson, Arizona, en donde comenzó su incursión en la música comenzando a cantar con su abuelo en fiestas familiares, en donde tuvo un golpe de suerte al publicar en sus redes sociales.

“Soy producto de Facebook, porque estaba en un gimnasio en Tucson y se me ocurrió una tarde abrir mi cuenta en esta red social y empecé a grabar un video de la canción y nunca me imaginé que tuviera tanto éxito con los cibernautas”

De no haber sido por ese video de Facebook, Luis Coronel no se hubiera encarrilado a su carrera en el mundo de la música, por lo que aceptó que la música no era su pasión, pero que su destino estaba marcado para ser así.

Por otro lado, confesó que la vida de sus padres no fue nada fácil en Estados Unidos, pues su padre era jardinero y arreglaba los exteriores de casas, mientras su madre era de intendencia y recamarera de un hotel, para sacarlo adelante, y ahora, está nominado a los Premios Juventud 2019.

“Cada vez que veo una injusticia en algún lugar público defiendo a los latinos; incluso he tenido que defender a mi madre cuando la miran mal entrando a algún restaurante o cuando la cuestionan sobre su estancia allá”.