El gobierno de Donald Trump ha revocado una polémica ley que protegía al medioambiente, la cual buscaba eliminar de manera gradual las plantas termoeléctricas de carbón de la red de energía eléctrica del país, para reducir la contaminación ambiental.
Andrew Wheeler, titular de la Agencia de Protección Ambiental (EPA), autorizó una norma que le permite a los Estados decidir si quieren mejorar la eficiencia de las plantas de carbón ya existentes.
“Los estadounidenses quieren una energía confiable que puedan pagar”, dijo en una conferencia de prensa. No se puede negar “el hecho de que los combustibles fósiles van a seguir siendo una parte importante”, señaló.
La nueva regla entrará en vigor poco después de su publicación en el Federal Register, el diario oficial del gobierno. Varios grupos ambientales han prometido llevar este caso ante las cortes.
Por otro lado, la presidenta de la Cámara de Representantes, la demócrata Nancy Pelosi, dijo al respecto: “La escandalosa Estafa de Energía Sucia de la administración Trump es una prebenda asombrosa para los grandes contaminadores, dándoles a los intereses especiales la luz verde para asfixiar nuestros cielos, envenenar nuestras aguas y empeorar la crisis climática”.