Cuando respiramos, muchos músculos trabajan de forma inconsciente para que el aire que entra por la nariz o la boca llegue a nuestros pulmones a gran velocidad. Uno de los principales músculos que trabaja en esta tarea es el diafragma, pues es el responsable que inhalemos y exhalemos el aire.

Quien controla estos movimientos del diafragma es el nervio frénico, que empieza a enviar señales como el hipo, si se ve afectado por algún funcionamiento extraño en su proceso. Esto ocurre gracias a las contracciones y relajaciones anormales del diafragma.

Existen muchos factores que nos pueden provocar hipo, como los son los psicológicos y los físicos. Si comemos demasiado o lo hacemos muy rápido, puede que nuestra respiración se descontrole y nos dé hipo. Abusar del alcohol o el consumo de bebidas con gas también puede provocarlo.

Sin embargo, también hay razones psicológicas que pueden provocarlo como la ansiedad.

El récord mundial de la persona con más hipo lo tiene Charles Osborne, pues lo tuvo continuamente y sin parar durante 68 años, desde 1922 a 1990.