El brasileño Joao Gilberto, la última de las leyendas vivas de la bossa nova, murió este sábado 6 de julio del 2019 a los 88 años de edad.
Las causas de la muerte del artista, que vivía en Rio de Janeiro, solo y en la ruina, no han sido informadas por el momento. “Mi padre falleció. Su lucha fue noble, trató de conservar su dignidad mientras perdía su autonomía”, escribió su hijo Joao Marcelo en Facebook sobre el emblemático músico.
Guitarrista y cantante, el padre más perfeccionista de la bossa nova actuó en los mayores escenarios del mundo. Entre sus muchas canciones antológicas se encuentran Desafinado, Garota de Ipanema, Chega de saudade, Rosa Morena, Corcovado y Aquarela do Brasil.
Pero desde la altura de su genio, la vida para Joao Gilberto nunca fue fácil. Su perfeccionismo que rayaba en obsesión neurótica, su lado excéntrico y su fobia social -vivió recluido durante años- eran tan conocidos como su talento.
Durante años, Joao Gilberto se vio envuelto en un conflicto entre dos de sus tres hijos, Joao Marcelo y Bebel Gilberto, también músicos, y su última esposa, Claudia Faissol, una periodista 40 años menor que él y madre de su hija adolescente de la que ya se había separado.
Bebel y Joao Marcelo acusan a Faissol de abusar de la debilidad de su padre y causar su ruina al hacerle firmar contratos sin estar en posesión plena de sus capacidades cognitivas. Señal de estas tensiones, en su mensaje en Facebook, Joao Marcelo escribió este sábado: “Agradezco a mi familia (a mi lado de la familia) por haber estado allí para él”.
A fines de 2017, su hija Bebel obtuvo su tutela cuando él ya no podía cuidar de su salud y sus finanzas debido a su fragilidad física y mental.
La mayoría de los brasileños vio a Gilberto por última vez en un video en 2015, donde aparecía muy delgado y en pijama, cantando La Chica de Ipanema a su nieta, acompañado de una guitarra.
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