Muchos expertos coinciden en que el niño nace, pero con el tiempo se hace. El psicólogo Jerome Kagan, realizó una investigación donde determinó el origen genético de la timidez. Para ello, analizó a un grupo de 400 bebés de cuatro meses, en donde descubrió que el 20% de los niños nacen con una predisposición a ser tímidos. Son bebés que se muestran más callados, vigilantes e inquietos ante situaciones nuevas.
Sin embargo, gracias a la intervención positiva de sus padres y su entorno, más de la mitad de estos pequeños superan esta cualidad genética y no son tímidos cuando crecen. De hecho, puede pasar lo contrario, los niños que no son tímidos en su niñez, pueden serlo cuando sean adultos.
A continuación te compartimos unos consejos para que ayudes a tu hijo a dejar a un lado la timidez:
No forzarlo
Algunos padres insisten a sus hijos a hacer cosas con los que ellos no se sienten preparados.Lo mejor es que el pequeño se vaya sintiendo más cómodo, para que poco a poco vaya soltando.
No sobreproteger
Este tipo de padres solo logra que el niño se escude en ellos cada vez que no se siente conforme con algo, aumentando aún más su timidez.Se debe dejar al niño salir adelante de algunas situaciones para que forme su carácter.
Oportunidades para que se relacione
Llevarlo a fiestas de cumpleaños, invitar amigos a quedarse a dormir o ingresarlo algún equipo deportivo, es una de las formas en que el niño puede ir perdiendo su miedo hacia los demás. En un principio es importante que lo acompañes, pero después déjalo solo.