La mayoría de los niños no son los mejores tomando decisiones, por eso, algunos adultos para asustarlos, les terminan diciendo falsedades solo para evitar que hagan algo, como, por ejemplo: “Si te tragas el chicle se te va a quedar pegado en las tripas”.

La composición del chicle no es nada de otro mundo: edulcorantes, saborizantes, y por supuesto, goma de butilo, que es la responsable de darle esa textura.

Según la Asociación Estadounidense de Química, la goma de mascar se digiere al igual que muchas otras comidas.

Cuando el chicle llega al estómago, los jugos gástricos y las enzimas digestivas empiezan su proceso para descomponer los alimentos y extraer sus nutrientes, de los cuales no hay muchos que sacar de los chicles, para luego seguir su camino por el intestino y salir del cuerpo.

Sin embargo, aunque este mito no es cierto, si es verdad que no tiene ningún valor nutricional, por lo que comerlos en exceso, te podría enfermar ya que es netamente químico.