Según Rosabel Molina, matrona en el Hospital El Escorial de Madrid España, cualquier mujer embarazada en trabajo de parto “tiene que estar acompañada por una única persona, la más idónea para su tranquilidad, intimidad y seguridad; lo mejor para su concentración en unos momentos tan angustiantes y dolorosos a la vez que tremendamente felices”.
Y esto mismo opina la Organización Mundial de la Salud (OMS). Es fundamental la compañía de la pareja, un familiar, una amiga o quien elija la embarazada, para complementar el acompañamiento del personal médico.
“Las matronas no pretendemos que las mujeres estén rodeadas de todos sus seres queridos, simplemente se trata de beneficiar a la madre y su bebé en esas horas o minutos tan intensos y difíciles”, aclara.
“Cuando varían tanto la identidad como el número de acompañantes en el paritorio queda afectada vuestra intimidad y vuestra concentración. La mujer embarazada, durante el trabajo de parto, máxime en la fase expulsiva, se encuentra mediatizada por los cambios hormonales y las alteraciones en su habilidad emocional”, subraya.
Dar este apoyo a la mujer en una situación tan delicada reduce los niveles de estrés durante el trabajo de parto y la cesárea. Y nada más importante que favorecer al máximo el inicio de la relación de la mamá con su bebé.