La mayoría de nosotros conocemos una pareja a la cual consideramos perfecta, pues ambos comparten interés, tienen proyectos juntos y pareciera que nunca tienen diferencias. Sin embargo, no existe ninguna pareja que no tenga discusiones de vez en cuando.
Por lo general, este tipo de parejas a las que consideramos que ambos están hechos el uno para el otro, suelen terminar de manera tajante, pues caen en una monotonía en el que ya no hay sensaciones nuevas, por lo que terminan aburriéndose.
Estudios han demostrado que las parejas que son independientes la una de la otra, suelen ser más estables, pues tienen espacios para distraerse con sus amigos y de extrañarse, por lo que, al reencontrarse, suelen disfrutar más del momento que aquellas que pasan todo el día juntos.
Asimismo, las peleas suelen revelar aspectos de la relación con los cuales se está inconforme, por lo que, tener discusiones básicas como por ejemplo lavar la loza o tender la cama, suelen darle un aire nuevo a la relación.
Y tú, ¿Qué tipo de relación prefieres?