Si bien un artista se debe a su público, esta anécdota va más allá de la gratitud hacia un fan, como salidos de un comic y haciendo la competencia a los grandes super héroes, los chicos de la MS han acaparado los titulares pues se convirtieron en el antes y el después para un niño que jamás olvidará lo sucedido con los ídolos de Sinaloa.
Hace unos días, la esperada presentación que tendría “El Fenómeno de las dos letras” en la ciudad de Guadalajara, Jalisco México quedó en pausa pues les fue imposible llegar por contratiempos con el avión que les llevaría al tener una avería en uno de los motores por lo que el público se quedó vestido y alborotado, pero bien dice el conocido refrán: “Todo pasa por algo”, y es que el plan siguiente a no poder abordar la aeronave fue conseguir un hotel para pernoctar y jamás hubieran imaginado la sorpresa que el destino les preparaba en aquel lugar.
Todo comenzó con un lapso de insomnio que mantuvo despierto a Oswaldo Silvas su líder y vocalista hasta pasada la media noche, “Walo” quedó en espera de que le avisaran si el avión se arreglaba y la espera de la llamada del piloto no lo dejaba dormir, pero la situación comenzó a tornarse extraña cuando sus compañeros comentaron que escuchaban gritos, al principio pensaron que quizás a algún huésped se le habían subido las copitas y estaba en plena “malacopa”, pero no, al asomarse descubrieron lo que en verdad ocurría, un niño estaba en el octavo piso colgado del balcón a punto de caer, sus compañeros Alan y Javier le tenían sujetado por las piernas, obviamente vivieron momentos de angustia, y a través de un video que subió a redes narra lo que siguió a este episodio terrible:
“Los niños eran estadounidenses, no hablaban español. La hermana del niño estaba por la parte de arriba agarrándolo con sus bracitos, y el niño colgando con los pies hacia el séptimo piso. Entonces, Alan agarraba un pie, Javier el otro pie, Jairo estaba buscando cómo subir al octavo piso, pero el elevador tardaba muchísimo. Y Jair estaba viendo otra manera también de ayudar”.
Los músicos desesperados se daban cuenta que las manos de los niños comenzaban a perder fuerza, hasta que finalmente, el niño se soltó: “No sé de dónde sacaron fuerzas estos hombres, Jair alcanzó abrazarlo y jalarlo hacia adentro”. ¡Así como lo oyen, los chicos de la MS le salvaron la vida”!
“Este niño no se imagina todo lo que tuvo que pasar para que mis compañeros estuvieran en el momento correcto, en el lugar correcto, no sé qué planes tiene Dios para este niño, pero definitivamente tiene un plan muy grande para él, no puedo juzgar qué estaba haciendo, si estaba jugando, no sé, uno se pregunta ¿dónde estaban los papás? ¿Qué hacen dos niños a las 12 de la noche?, no sé. Lo único que sé es que a pesar de tanto renegar, culpar y juzgar, sabemos que Dios tiene un plan para todo y por algo pasan las cosas”.