Noah Wall, un bebé de Inglaterra, logro superar lo imposible, al nacer con tan solo el 2% de su cerebro.
La historia comienza cuando a la madre de Noah, Shelly Well, los doctores le recomendaron abortar a su bebé pues este tendría una posibilidad casi nula de sobrevivir. Sin embargo, Shelly decidió mantenerse firme con la idea de tener a su hijo, haciendo que los médicos tomaran la decisión de intentarlo, pero con la condición de que, si el bebé nacía con problemas, estos se negarían a “resucitarlo”, es decir, lo dejarían morir en caso de cualquier problema.
Noah pudo nacer gracias a 12 médicos que participaron en su cesárea, donde tuvieron que llevarlo a un quirófano para unirle la espalda y drenarle un líquido que se acumulaba en su cerebro.
Este milagroso nacimiento no ha salvado a Noah de tener una infancia llena de operaciones y visitas al médico, donde poco a poco, su condición ha mejorado y su cerebro ha ido creciendo.
Se ha revelado que el cerebro del pequeño milagro ha podido crecer de un 2% a un 80% del tamaño de un cerebro normal, lo cual da muchas esperanzas de que este pueda vivir una vida normal en el futuro.