Gerardo Ortiz estelarizó un 2×1 en este 2019, primero al tener que rodearse de un prestigioso despacho de abogados que le prometieran contrarrestar el poder de su ex jefe y amigo, el millonario empresario Ángel del Villar, dueño de la empresa discográfica DEL Records, tras abandonar la firma con el sueño de ser un artista independiente.
A mediados de año, trascendió que DEL interpuso una demanda por incumplimiento de contrato tras finalizar su historia de 9 años juntos. Gerardo no quiso ahondar demasiado en el tema, diciendo que sus asesores se estaban haciendo cargo de preparar su defensa, siendo quizás la mejor forma una contrademanda que equilibrara el recuento de los daños tras las acusaciones por supuestos indicios de fraude fiscal.
Pero ahí no paró la cosa, pues el cierre de año para el cantante fue tormentoso ante la cancelación de su concierto en Guadalajara, Jalisco, México al ser señalado como responsable de apología del delito y de fomentar la violencia, un caso que enfrentó con todo el peso de la ley sobre sus hombros en 2017, y padecer un veto de tres años con la prohibición de pisar este territorio; ante lo sucedido, “Gera” abrió la ventana a una nueva demanda que podría entablar a inicios del siguiente año contra los organizadores de su evento ante la falta de acción para ejercer las garantías que tiene como cliente.