Comenzamos con el que más nos tuvo con “el Jesús en la Boca”, Julio Preciado, quien tras varias recaídas encendió los focos de alerta en una última visita al hospital tras meses de tratamiento, dieta especial y diálisis, y es que una noticia tomó relevancia y dio un giro en torno a su estado de salud pues la necesidad de un trasplante de riñón se hacía inminente.

Primero en mayo tras una caída en un evento caritativo que organizó para regalar juguetes por el día de las madres, Julio estaba sentado en un banco y resbaló, esto le obligó a ir a revisión y tras una revisión general se determinó que su estado era grave y no por la caída, sino por una serie de padecimientos crónicos que le daban “un fuerte ultimátum”, los rumores de peligro de muerte no se hicieron esperar, los encabezados eran alarmantes, meses más tarde se daría a conocer que padecía una isquemia cerebral, una paralisis facial que pudo ser permanente, el hígado tuvo un crecimiento desmedido y esto le comprimió el pulmón, un cuadro severo que le hizo reflexionar sobre la vida, sobre los excesos que tuvo en cuanto a droga y alcohol en su pasado, que le estaban cobrando factura.

Por cuarta ocasión en el año, el cantante fue ingresado de urgencia en noviembre, por problemas respiratorios y una latente y fatal amenaza de embolia en el cerebro, el diagnóstico era alarmante, no obstante cerramos el año con la buena noticia de que ya en este próximo mes de enero, se realizará el trasplante y los médicos auguran una recuperación satisfactoria, aprovechando los micrófonos de una presentación en Jalisco, México para decir contundente: ¡No me Estoy Muriendo! Una noticia que fue recibida con júbilo por sus colegas y su público fiel.

Así mismo compartió que será su hija quien le done el riñón, y gustoso anunció que tras la operación al recuperarse iniciará la Gira junto a sus amigos de la Banda El Recodo.