Un reciente estudio ha determinado que permitir que los niños tomen pequeñas siestas, les permite retener lo que han aprendido durante el día.
La Universidad de Arizona fue la responsable de llegar a cabo esta investigación, donde descubrió que una siesta de 30 minutos podría mejorar notablemente el aprendizaje de los niños menores de 3 años.
Los investigadores midieron el vocabulario de un grupo de niños de 3 años, y encontraron que aquellos que tomaron una siesta después de aprender nuevas palabras, lograron retenerlas mejor que los que no tomaron la siesta.
“Independientemente del comportamiento típico de la siesta, los niños a los que se les pidió que tomaran una siesta después de aprender fueron los que mayor información retuvieron en comparación con los otros niños que no lo hicieron”, dijo Michelle Sandoval, líder del estudio.
La etapa de preescolar es una de las que más marcan en la vida de los pequeños en cuestiones de aprendizaje.
“ Los niños en edad preescolar deberían estar durmiendo de 10 a 12 horas en un período de 24 horas, ya sea por la noche o por una combinación de sueño nocturno y siestas”, añadió.