Aunque no lo creas, cuando el amor por nuestros padres y hermanos nos dominan, podemos causar el fracaso de nuestra relación de pareja.
Esto sucede porque el miembro de la pareja que sufre de mamitis, papitis o hermanitis no tienen la suficiente fortaleza e independencia emocional para decidir sobre su vida y necesita constante respaldo o aprobación de sus padres y hermanos.
Los que sufren mamitis, papitis o hermanitis se escudan haciéndose las víctimas y no se responsabilizan de sus actos y decisiones.
Cuando se tiene una relación de pareja, solo cuentan las dos personas, el esposo y la esposa, y los padres y hermanos ya no deben involucrarse, los únicos responsables de las decisiones deben ser los dos, debe existir una madurez mental y emocional para salir adelante juntos.
Aunque es cierto que los padres y hermanos siempre serán importantes, ya que ocupan un lugar que nadie puede quitarles, es importante aprender a respetar los espacios y la autonomía de cada uno.