Aunque los primeros en momificar a los muertos fueron los Chinchorros, indígenas que habitaron en Latinoámerica entre Chile y Perú hace más de 7.000 años, los egipcios son una de las culturas más conocidas por realizar esta práctica.
Los egipcios le daban una gran importancia a la vida después de la muerte, razón por la cual realizaban esta práctica.
Antes, los egipcios enterraban a sus muertos en las arenas del desierto, junto con algunas de sus pertenencias. La arena caliente causaba la deshidratación del cuerpo incluso antes de descomponerse y esto una conservación muy satisfactoria y considerable.
Cuando los egipcios dejaron de sepultar a sus muertos en el desierto, empezaron a colocarlos en sarcófagos dentro de habitaciones cerradas; notaron que debían inventar alguna técnica para conservar más el cuerpo. Desde entonces, empezaron a desarrollar las primeras técnicas para conservar los cuerpos, creándose así la momificación egipcia.
Para los egipcios, el dios ‘encargado’ de la muerte era Aubis, por lo tanto, los sacerdotes que llevaban a cabo el ritual eran los sacerdotes de Anubis y realizaban la momificación en tiendas especialmente creadas para este propósito.
A través de los años, este proceso tuvo cambios, pero incluso durante el Imperio Nuevo fue que esta práctica alcanzó su punto más perfeccionado.
Existían varios tipos de momificación según la persona y los recursos económicos con que contara y estuviera dispuesto a pagar y obviamente los reyes y faraones tenían más privilegios, y mejores resultados.
En resumen, la momificación se realizaba para conservar de mejor manera el cadáver, teniendo en cuenta además su base religiosa.
Los egipcios creían en la vida después de la muerte y esto es lo que sustenta la existencia de esta práctica. Ellos creían que la muerte significaba una separación entre lo intangible: el ‘ba’, que era para ellos es el alma y el ‘ka’, la energía vital; y el cuerpo tal y como lo conocemos.
Después de morir en nuestro mundo y ‘despertar’ en la otra vida, el ‘ba’ y el ‘ka’ debían reintegrarse e unirse en un nuevo cuerpo purificado, por esta razón intentaban conservar de la mejor manera dichos cuerpos.