La actitud positiva nos hace ser más sano, porque nos inspira a cuidarnos, a alimentarte bien, a hacer ejercicio, a llevar una vida con más movimiento. Y también, las personas con una buena disposición son más aceptados por otras personas, y por lo tanto, tienen una mejor vida social.
Para confirmar esto, se realizó un estudio en el Hospital de Dinamarca, donde se analizó información de 600 pacientes con cardiopatía isquémica.
Los pacientes que participaron en el estudio, respondieron un cuestionario para evaluar su estado de ánimo, y con cuánta frecuencia se ejercitaban.
Notaron, que de los ochenta pacientes que murieron durante el estudio, treinta pacientes (10 por ciento) fueron evaluados como personas con actitud positiva, mientras que 50 (16.5 por ciento) tenían una actitud más negativa.
Además del ejercicio, hay muchas otras razones que indican que una actitud positiva puede ser buena para la salud, ya que puede reducir el nivel de hormonas de estrés y marcadores inflamatorios.
La gente positiva tiende a adoptar comportamientos más saludables, comen mejor, duermen mejor y se cuidan. En pocas palabras, podemos decir que una actitud positiva ante la vida hace que una persona se quiera más a si mismo y se cuide.