El cantante portorriqueño de 48 años, y ganador de varios premios Grammy y Latin Grammy, Ricky Martin, regresó este domingo a Viña del Mar, para la noche inaugural de la 61 edición, donde cantó por sexta ocasión en su trayectoria.
Una vez más, su presentación causó una grata impresión entre los presentes, llevándose como era de esperarse “La Gaviota”.
Ricky Martin dio inicio al festival con su nuevo sencillo “Tiburones”, un tema que calificó de “romántico” y que fue muy bien recibido por el público. Luego comenzó con un repaso por sus históricos éxitos: “Livin’ la vida loca”, “Te extraño, te olvido, te amo”, “Tal vez”, “Vuelve” y “Pégate”, así como sus éxitos más recientes, como “La mordidita” y “Vente Pa´ca”.
Sin embargo, el momento viral de su presentación, lo puso el propio Martin con la ayuda de los conductores del festival, Martín Cárcamo y María Luisa Godoy, cuando esta última le pidió al cantante si ambos conductores podían darle un beso, cada uno en una mejilla, “en representación de todos sus fanáticos”, dijo.
Pero Ricky sorprendió a Cárcamo con un “besito en la boca” y aunque quiso hacer lo mismo con ella, no lo logró.
Ricky Martin llega a este festival en un momento álgido y de efervescencia que Chile ha vivido en los últimos meses. Según se reportó, un grupo de encapuchados lanzaron piedras, rompieron los ventanales del edificio y tiraron bombas molotov al interior del edificio. El hecho generó pánico entre los presentes. Sin embargo, Ricky Martin calificó como “importantes” las protestas, y dijo: “Hay que dejarle saber a los líderes de nuestros países qué es lo que necesitamos, siempre que lo hagamos de manera ordenada. Que Chile sirva como efecto dominó para todas las partes del mundo, donde hace falta que se nos escuche”.
Y agregó: “Soy de los que exhortan a salir a las calles a exigir nuestros derechos”.