Ser madre es una de las tareas más hermosas del mundo, pero también implica muchos sacrificios, aprendizajes y errores; a pesar de esto, no hay mejor recompensa que tenerlos en casa con el amor sincero que solo existe entre padres e hijos.
“Sin mis hijos mi casa estaría limpia pero mi corazón vació’
Con esta frase se identifican muchas madres ya que son ellas quienes llevan en su vientre por nueve meses a su bebé, desde el momento en que nacen su vida ya nunca será la misma. Una casa con niños permanece generalmente desordenada y aún más cuando empiezan a explorar; pero el amor que sentimos por nuestros hijos llena el corazón de cualquiera al final del día.
Los hijos nos enseñan a amar sin pedir nada a cambio, sacan a la luz tu fortaleza y, posiblemente, podrías contar con más dinero, pero el valor de ser madre no se compara con nada.
Tener dinero y la casa impecable, no compensan la satisfacción de tener a tus hijos junto a ti, llenándote de alegrías y esperanza y sabiendo que tienes la obligación convertirlos en personas fuertes, independientes y felices.
Aunque con el paso de años cada persona va mostrando su personalidad, ellos jamás olvidarán los consejos, palabras, y lecciones que les dimos.