Todo padre sabe que no es tarea fácil. Además, que no tenemos un manual para ser buenos padres, entonces, hacemos lo que creemos que es mejora para los hijos.

Algunos padres se convierten en padres helicóptero, lo cual es muy nocivo para la formación de sus hijos.

Los padres helicóptero no pueden dejar de ‘sobrevolar’ a sus hijos, es decir, siempre están encima de ellos, para ayudarlos a solucionar hasta el inconveniente más mínimo consiguiendo así que su hijo sea incapaz de manejar su vida adulta.

La característica principal de los padres helicóptero es que protegen a sus hijos ante el más pequeño conflicto que pueda surgir, ya sea con sus amigos, compañeros y hasta profesores, por lo que, cuando los hijos crecen no saben solucionar los inconvenientes que con toda seguridad en algún momento surgirán con ellos, sus compañeros de trabajo o con sus jefes.

Permanentemente, los padres helicóptero intentan alivianar los golpes de la vida y amortiguar cada caída.

Desafortunadamente, esta generación de infantes sobreprotegidos, no han aprendido a lidiar con la derrota, el fracaso, la decepción y no saben manejar la frustración, aspectos que siempre están presentes en la vida de todas las personas.

Otro problema con los hijos de padres helicóptero, es que crecen convencidos de que hagan lo que hagan siempre van a premiados, sin llegar a saber de cuánto hay que esforzarse para conseguir las metas.

Cuando se protege demasiado a sus hijos, los privan de conocer la importancia de las consecuencias que pueden tener sus actos, lo que da como resultado, que pierden de la oportunidad de aprender las valiosas lecciones de vida a partir de sus errores. Estas lecciones de vida les ayudarán a desarrollar su inteligencia emocional.