Parece que aquí se cumple el adagio que dice que la sangre llama.
Dos mujeres, Ashley Thomas de 31 años y Toya Wimberly de 29 se conocieron en la Escuela Media de Izberger, Filadelfia cuando cursaban sexto grado y desde ese momento se volvieron las mejores amigas.
Desde hace 15 años, Ashley descubrió que el hombre a quien ella llamaba papá no era su padre biológico, pero su madre ya fallecida nunca le reveló el nombre de su verdadero padre biológico.
Años después, y debido a las fotografías de la boda de Toya fueron publicadas en las redes sociales, un amigo de la madre de ella reconoció a su padre, Kenneth Wimberly, una persona que había visto en compañía de la difunta madre de Ashley en el pasado.
Debido a ese descubrimiento, las amigas comenzaron a sospechar que entre ellas habría lazos más fuertes que la amistad y se realizaron una prueba de ADN, que confirmó que eran hermanas.