Las madres se preocupan de cuidar a las niñas, pero también se debe poner mucha atención en la educación de los niños, para que sean personas de bien y no fuente de temor por el hecho de ser hombre.

Los padres de familia deben criar hijos con mucho amor y empatía, para que se relacionen tanto con hombres y mujeres de manera amable y con tolerancia.

Se debe eliminar la creencia de que a los varones hay que volverlos fuertes y darles menos besos, caricias o amor que a las niñas. Ellos también necesitan de mucho cariño. Hay que erradicar ese paradigma social machista de los niños.

Nunca le digas a tu hijo varón, que si llora parece una nena, ya que las emociones no tienen género, solo se sienten y los hombres también pueden llorar cuando necesitan sacar lo que llevan dentro.

El deber de todos los padres es el de educar a un hijo varón íntegro, honesto, solidario y con tanto amor que no sienta la necesidad de lastimar a nadie.

Un hijo varón no debe lastimar a ninguna mujer; la educación y el ejemplo comienza en casa. Que el hijo sea parte de la solución y no del problema.