El seguimiento de los movimientos de las personas infectadas es fundamental para detener la propagación de la enfermedad. Y en un momento en que los teléfonos celulares son una poderosa herramienta de rastreo personal, no es sorprendente que los gobiernos quieran aprovechar ese potencial para ayudar en la lucha contra el coronavirus.
Pero en la Unión Europea, que tiene leyes estrictas para proteger la privacidad digital de las personas, el uso de dicha tecnología es un tema complicado.
Esa fricción ha llegado a primer plano en Alemania, donde el gobierno está considerando introducir una aplicación que permita a las autoridades alertar rápidamente a cualquier persona que pueda haber entrado en contacto con alguien que se haya infectado.
Mientras los investigadores de toda Europa se esfuerzan por desarrollar una aplicación que respete la privacidad personal y al mismo tiempo ayude a rastrear el virus, la ministra de justicia de Alemania, Christine Lambrecht, dijo el martes que el gobierno no podía exigir a las personas que usen dicha tecnología.
“El uso voluntario es un aspecto muy importante aquí”, dijo a la emisora pública Deutschlandfunk.
Se ha encontrado que las medidas de seguimiento digital se aplican en Singapur y Corea del Sur, para limitar la propagación del virus.
En Europa, Polonia está utilizando una aplicación para rastrear los movimientos de aproximadamente 10,000 personas que están bajo cuarentena en el hogar porque dieron positivo por coronavirus o recientemente regresaron del extranjero. Se requiere que los usuarios se tomen selfies varias veces al día para demostrar que están siguiendo las reglas de aislamiento, y cualquier falla en el cumplimiento resulta en una alerta que se envía a la policía.
En Croacia, los grupos de derechos humanos están rechazando la legislación propuesta para monitorear los teléfonos celulares, diciendo que sería “una violación innecesaria de los derechos humanos”.
El ministro de salud de Alemania ha pedido un debate a nivel nacional sobre la ética del uso de dicha tecnología. Las encuestas han mostrado una creciente voluntad entre los alemanes de confiar en la tecnología digital para combatir la propagación del virus.