El presidente Donald Trump ha recibido críticas de muchos sectores (gobernadores, funcionarios de salud pública) por no estar preparados para la pandemia de coronavirus y por no tener un plan nacional para enfrentarlo.
Lo que está claro en los últimos dos meses es que el Presidente y su equipo han tenido una estrategia política sofisticada para hacer frente a la pandemia de rápida expansión.
Esa estrategia comenzó en enero, donde según CNN, a cada paso el presidente minimizó los riesgos de la propagación del virus en los Estados Unidos. Entrevista tras entrevista y discurso tras discurso, aseguró a los estadounidenses que estaban bien y que cualquier riesgo para el país estaba contenido.
El presidente Trump ordenó en marzo el cierre de algunos vuelos desde China, y uno de sus ayudantes dijo recientemente de manera inexacta que Trump fue el primero en hacerlo pues Corea del Norte cerró sus fronteras el 22 de enero e Italia prohibió los vuelos de China a Italia el 31 de enero.
La estrategia del presidente era que, si Estados Unidos pudiera evitar la pandemia, a pesar de todos los fuertes llamamientos para una mayor acción, sería visto como el líder sabio que no reaccionó exageradamente y no mató a la economía. En un giro irónico, optó por el mantra de esperanza del ex presidente Barack Obama como estrategia.