A medida que los hospitales del país se transforman en estaciones de batalla contra el coronavirus, y equipos médicos abrumados con suministros limitados luchan contra una enfermedad nueva e incurable, muchas mujeres embarazadas deciden que es más seguro dar a luz en casa.

Las futuras mamás no solo están preocupadas por ellas mismas y sus recién nacidos. También quieren mantener camas y recursos adicionales disponibles para las personas enfermas que los necesitan.

“Los hospitales, como en Italia, pronto se quedarán sin camas y se están quedando sin suministros”, dijo Erika McBee, una enfermera en Rockville, Maryland, que tendrá este verano a su primer bebé. “Es probable que pronto estén plagados de enfermedades, y no es el mejor lugar para traer al mundo a un recién nacido sin sistema inmunitario”.