Gran parte de Europa todavía está cerrada con severas restricciones de movimiento, pero no Suecia.
Los restaurantes y bares están abiertos en el país nórdico al igual que parques infantiles y escuelas, y el gobierno confía en la acción voluntaria para detener la propagación de Covid-19.
Es un enfoque controvertido, que atrajo la atención del presidente Donald Trump. “Suecia hizo eso, el rebaño, lo llaman el rebaño. Suecia está sufriendo muy, muy mal”, dijo Trump el martes.
Al día siguiente, la ministra de Asuntos Exteriores de Suecia, Ann Linde, dijo que Trump estaba “realmente equivocado” al sugerir que Suecia estaba siguiendo la teoría de la “inmunidad colectiva”.
Aquí está su estrategia: la idea, dijo Linde, era “Sin bloqueo y confiamos mucho en que las personas se responsabilicen”.
El enfoque consiste en alentar y recomendar, no en obligar. Dos días después de que España impusiera un bloqueo nacional el 14 de marzo, las autoridades suecas estaban alentando a las personas a lavarse las manos y quedarse en casa si estaban enfermas. El 24 de marzo, se introdujeron nuevas reglas para evitar el hacinamiento en los restaurantes. Pero se mantuvieron abiertos.
¿Está funcionando? “Creo que Suecia está bien”, dijo el epidemiólogo estatal sueco Anders Tegnell.
“Está produciendo resultados de calidad de la misma manera que siempre. Hasta ahora, la atención médica sueca está manejando esta pandemia de una manera fantástica”.
Suecia ha reportado 9.141 casos de coronavirus y 793 muertes, según la Universidad Johns Hopkins.