En Hagerstown, Maryland, la empresa House Urban Winery, tiene como repartidor de sus vinos a un perro bóxer atigrado de 35 kilos llamado Soda Pup. El perro ha sido entrenado para repartir el vino y en su cuerpo lleva alforjas de caballo y un chaleco con dos bolsillos. Pero, Soda Pup no trabaja solo en las calles.

La empresa ha destinado a un empleado para manejar “una patrulla de perros” y los clientes felices saben que no deben alimentar a los “repartidores” con nada diferente que cubos de hielo.

Algunos clientes solicitan específicamente que Soda Pup sea quien les lleve el vino.

La propietaria del negocio, Lori Yata, inicialmente dudaba un poco sobre el funcionamiento de estos repartidores.

Soda Pup tiene 11 años y solo lleva dos botellas de vino a la vez, lo que significa que los clientes habituales lo verán con bastante frecuencia.