Algunos artistas se hacen, pero otros nacen, lo mismo aplica en cuanto a la pasión por la música, hay quienes crecen desde muy niños con esta influencia, otros que con el tiempo van descubriendo sus aptitudes y su amor por los instrumentos, por el canto; pero siempre que el gusto viene por legado, la persona que les hereda la tradición, se convierte en clave para su éxito.

Y aunque Los Dos Carnales batallaron mucho durante años porque se aferraban a tocar y cantar la música de la vieja escuela que es la que en verdad llena sus sentidos y que desde plebes tocó su vida, hoy cosechan los frutos del sufrimiento, de la frustración de todos aquellos que no creían en su proyecto, pues la vida que es una “Rueda de la Fortuna”, al fin les hizo justicia y hoy están convertidos en el dueto del momento.

No obstante, apenas lanzaron su disco debut, cada entrega que han lanzado tiene millones de views y reproducciones, y es que la fórmula ¡está de Regreso!

Pero ¿quién es el hombre del que heredaron estas dotes? Se trata de su padre, del que poco se sabía pero que gracias a las redes sociales se hizo tendencia tras la publicación de un video en donde vemos a los tres ¡norteñazos caballeros! con sus guitarras echándose un palomazo, la grabación es totalmente orgánica, con sabor a rancho, y aunque Don Alfonso parece un hombre serio y reservado, se ganó al público que le dejó varios mensajes positivos. La canción elegida es un tema de antaño de los mismísimos Tigres del Norte.

“Gracias a Dios una bendición tenerlo y disfrutar estos momentos, pa´ que miren que el viejón todavía le rasca”, fue lo que escribieron debajo de la imagen.

Los oriundos de Coahuila se lanzaron al rancho que está apartado para pasar la cuarentena y no sólo han estado en contacto con sus fans a través de videos musicales, también con un toque de buen humor que no es común pero sí es gratamente recibido, y aunque van un poco en “delay” con el TikTok, se están sumando a este furor con mucha gracia y ya crearon su cumbia norteña para el Coronavirus donde refleja lo que muchos vivimos con el ansia de salir, comer y hacer el quehacer una y otra vez.