Respirar por la nariz y no por la boca hace una gran diferencia en la forma como aprendemos y vemos el mundo.
Según una investigación realizada con 60 participantes entre hombres y mujeres, a quienes se les mostraron imágenes para determinar su estado de ánimo y otras pruebas de memoria, determinaron que cuando estos participantes realizaban la prueba respirando por la nariz lo hacían con mayor rapidez y eficiencia que cuando lo hacían por la boca.
Sobre lo anterior, la Dra. Christina Zelano dice:
“Cuando respiras por la nariz, estás estimulando neuronas en la corteza olfativa, la amígdala y el hipocampo, a lo largo de todo el sistema límbico”.
El sistema límbico está encargado de regular las respuestas del cuerpo frente a ciertos estímulos sensoriales.
La amígdala es una parte del cerebro integrada al sistema límbico, y es clave para la supervivencia ya que es muy eficiente en el momento de procesar estímulos que nos indican que estamos en peligro.