La reapertura parcial de Texas este fin de semana trajo una dosis de alivio a muchos residentes del Estado de la Estrella Solitaria. Los parques estaban llenos de gente que ya no estaba confinada a sus casas bajo la orden de cierre del estado. Tiendas, restaurantes y cines abrieron sus puertas por primera vez en semanas.

Pero también llegó junto con noticias ominosas: Durante tres días seguidos, los nuevos casos de coronavirus en Texas superaron los 1.000. El estado registró un récord de 50 muertes en un solo día el jueves. Nuevos brotes surgieron en áreas que antes tenían sólo un puñado de infecciones confirmadas.

“Todos están asustados”, dijo el alcalde de Austin, Steve Adler, a NBC News el sábado. “Obviamente la economía está sufriendo, y la gente está mirando a ver qué pasa después, pero nadie sabe qué va a pasar con las acciones del gobernador.”

Adler dijo que deseaba que el gobernador retrasara la reapertura una semana para que el estado pudiera ampliar las pruebas y el rastreo de contactos.

En Dallas, que vio un número récord de casos el viernes, el juez del condado Clay Jenkins instó a los residentes a quedarse en casa tanto como sea posible.

“No queremos ampliar la curva porque lo único que hace es alargar esto”, dijo Jenkins, según el Dallas Morning News.