La vida diaria de la mayoría de las personas ha cambiado desde que el COVID-19 llegó y nos obligó a permanecer confinados en nuestros hogares.

Esto hace que las rutinas se difuminen drásticamente y puede afectar nuestro sueño. Debido a que las señales externas que llegan a nuestro sistema nervioso e identifican el momento del día en el que nos encontramos resultan insuficientes, dificulta el ajuste del reloj biológico interno, lo que se puede convertir en una menor calidad y duración de nuestro sueño.

Adicionalmente, el bombardeo frecuente de noticias sobre el coronavirus y la incertidumbre sobre nuestro futuro nos puede llevar a tener episodios de estrés y ansiedad. Estas sensaciones afectan negativamente el sueño y hace que tengamos dificultad para conciliarlo o nos despertamos varias veces en la noche.

¿CÓMO EVITARLO?

Podemos seguir los siguientes consejos de expertos:

1. Estructurar horarios y mantener rutinas de actividades diarias. Esto implica levantarnos todos los días a la misma hora, cambiarnos la pijama, aunque no vayamos a salir, mantener los horarios de comidas y hacer ejercicio físico.

2. En las mañanas, cuando nos levantamos, debemos abrir las cortinas y ventanas para que entre la luz del sol. Si tenemos terraza o balcón, salir a disfrutar de la vista

3. En cuanto a la comida, debemos evitar consumir bebidas estimulantes en la noche, y cenar sin excesos.

4. También se debe evitar usar dispositivos como tabletas o teléfonos móviles, ya que su uso durante los momentos antes de irse a dormir, aumenta el estado alerta y produce patrones de actividad cerebral anómala durante el sueño.

5. Por último, se recomienda evitar recibir demasiada información sobre la pandemia, especialmente en las noches antes de dormir, ya que sería probable que lo incorporemos en nuestros sueños.