Mientras los principales países europeos celebraban la caída de las tasas de mortalidad por coronavirus, un funcionario de las Naciones Unidas advirtió de una crisis en los países pobres que podría “boomerang” de vuelta a las naciones ricas – a menos que ayuden a contenerla.

“Nadie está a salvo hasta que todo el mundo esté a salvo”, dijo Mark Lowcock, el subsecretario general de la ONU para asuntos humanitarios.

Dijo que muchos países de bajos ingresos podrían ver que las infecciones por coronavirus alcanzan su punto máximo en los próximos tres a seis meses, y que necesitarán una ayuda de emergencia en las próximas semanas para evitar que la pandemia diezme sus ya frágiles sistemas de salud y sus economías.

“Los países en los que trabajamos tienen el potencial de actuar como una especie de reservorios del virus si no hay un esfuerzo significativo para contenerlo en esos lugares”, dijo Lowcock.