Los estadounidenses han presentado más de 40 millones de demandas por beneficios de desempleo en las últimas 10 semanas, dejando al descubierto una tremenda y repentina interrupción en la economía de los EE.UU. que ya está cambiando los tipos de trabajos que los trabajadores desesperados buscan llenar.
Cerca de 2,1 millones de estas nuevas solicitudes de desempleo fueron presentadas la semana pasada, según los datos federales, lo que refleja el número histórico de víctimas de una pandemia que ha cerrado temporalmente, y en algunos casos permanentemente, empresas en todo el país.
Mientras tanto, la pérdida generalizada de empleos ha dejado a los trabajadores en una situación cada vez más peligrosa: bajo la presión de regresar a la fuerza laboral los estadounidenses se han visto obligados a competir por un número cada vez menor de empleos.
“Para la gran mayoría de la gente, esos beneficios de desempleo no reemplazan ni siquiera la mitad de sus ingresos anteriores”, dijo Heidi Shierholz, economista principal del Instituto de Política Económica y execonomista jefe del Departamento de Trabajo. Esto significa que la gente estará definitivamente buscando trabajo”, añadió, creando una crisis porque “el número de vacantes de trabajo se reduce en gran medida por el shock del coronavirus”.
Aquellos que aspiran a volver a la fuerza de trabajo, buscando nuevos puestos en medio de una economía maltrecha, es probable que encuentren sus opciones limitadas y menos que ideales. Algunos economistas ya han notado una creciente reticencia por parte de los trabajadores a solicitar puestos en los que se requiera la interacción cara a cara, y trabajar en casa podría ser difícil o imposible.