Después de comer es posible que sintamos un ligero cansancio, y esto es normal, pues el proceso de digestión implica un descenso de la sangre de otros órganos y tejidos y un aumento de la misma en el sistema digestivo.
Sin embargo, si el cansancio es extremo, puede ser indicador de diabetes, alergias alimentarias, intolerancias, anemia, hipotiroidismo, estreñimiento, o, como en la mayoría de los casos, por haber consumido exceso de calorías.
La somnolencia y pesadez que da después de comer se conoce como “mal del puerco” y estos son los factores causantes más comunes:
Marea alcalina
Durante las primeras dos horas después de comer ocurre un aumento temporal de la alcalinidad en el pH durante la digestión. Es decir, el proceso de digestión hace que, a mayor consumo de alimento, mayor producción de ácidos gástricos, y por lo tanto, mayor concentración de bicarbonato de sodio para neutralizar la acción del ácido clorhídrico. Y, aunque para algunos expertos la secreción de ácido gástrico es muy pequeña para ser de importancia fisiológica, este fenómeno produce sueño en muchas personas.
Factores hormonales
Durante la digestión se producen distintos mensajeros (hormonas) que se encargan de enviar la señal de saciedad o de pedir más alimento.
La leptina es la hormona encargada de frenar las ganas de comer y tiene un efecto importante sobre el ciclo sueño/vigilia, por lo que genera somnolencia cuando estamos llenos.
Hipoglucemia reactiva no diabética
Los carbohidratos son la principal fuente de energía, pero al consumirlos en exceso pueden provocar un desplome en los niveles de glucosa. Cuando se consumen en muchas cantidades alimentos como arroz, pan, bebidas azucaradas, postres y alcohol, nuestro organismo produce mucha insulina, lo que resulta en un bajo nivel de glucosa y por consiguiente sentimos cansancio.