Al menos 26 estados están viendo un aumento de casos en comparación con la semana anterior, según datos de la Universidad Johns Hopkins. Esos estados son Arizona, Arkansas, California, Colorado, Delaware, Florida, Georgia, Hawai, Idaho, Iowa, Kansas, Kentucky, Michigan, Misisipí, Missouri, Montana, Nevada, Ohio, Oklahoma, Carolina del Sur, Texas, Utah, Washington, Virginia Occidental, Wisconsin y Wyoming.

Entre 130,000 y 150,000 estadounidenses probablemente morirán de infecciones de coronavirus para el 18 de julio, según el último pronóstico de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de los Estados Unidos.

El pronóstico del CDC utiliza datos de 20 pronósticos nacionales diferentes, incluyendo el IHME de la Universidad de Washington, que mira a un período de tiempo diferente, y que el pasado miércoles  proyectó 179,000 muertes en los EE.UU. para el 1 de octubre.

Muchos de los modelos tienen en cuenta las órdenes de refugio en el lugar, la relajación de las restricciones y los movimientos de población.

Más de 2,38 millones de personas se han infectado en todo EE.UU. con el virus desde el comienzo de la pandemia y al menos 121,969 han muerto, según Johns Hopkins. El país es responsable de una cuarta parte tanto de las infecciones totales como de las muertes globales.

“Detuvimos el tratamiento demasiado pronto”, dijo el corresponsal médico jefe de CNN, el Dr. Sanjay Gupta. El resultado podría ser un “crecimiento exponencial” de los casos.

Pero muchos lugares siguieron sin estar preparados y volvieron a abrir demasiado pronto y demasiado rápido, lo que provocó las últimas oleadas, según los expertos.

Es un marcado contraste con otras partes del mundo, incluyendo países de Europa, que redujeron sus cuentas de casos con la ayuda de cierres más largos y ahora han comenzado a reabrir lentamente.