Muchas veces peleamos con nuestra pareja y la lastimamos e incluso perjudicamos la convivencia, y, aunque lo hagamos sin mala intención, para los demás parece lo contrario. En ocasiones no podemos evitar discutir con nuestra pareja sin que haya un motivo importante.

Según la psicóloga Lisa Firestone:

“De niños formamos defensas para lidiar con nuestro ambiente y adaptarnos a él’.

Cerrarnos y aislarnos pudo funcionar cuando éramos pequeños para sobrevivir en nuestro contexto familiar, pero si arrastramos esos patrones y situaciones en relaciones en las que ya no son necesarios, puede ser problemático. Ser tercos y tender a defendernos podía ayudar contra los padres que se enfadaban y nos castigaban, pero es inapropiado con una pareja.

Los expertos aseguran que esos patrones del pasado son los que interpretan el mundo a nuestro alrededor y nos “detonan” emocionalmente.

La buena noticia es que es posible interrumpir ese patrón. Sin embargo, antes debes de tener en cuenta lo siguiente:

• Hay que enfocarse en lo positivo: En lugar de centrarte en lo negativo y en cómo nos causará decepción, intenta buscar todo lo positivo.

• Debes dejar atrás el pasado y conectarte con el presente. Algunas parejas cuando discuten suelen sacar situaciones del pasado, lo que significa que el resentimiento sigue ahí. Trata de centrarte en el problema actual y no menciones nada del pasado.

• No ataques a tu pareja. Lo que te molesta no es la persona, sino sus acciones. Tienes que tenerlo claro para que el otro no se sienta atacado.

• La comunicación es la fórmula mágica para acabar con un conflicto. Está mal enojarse y explotar, pero cerrarse en uno mismo tampoco es la solución.

Cuando no decimos lo que sentimos o no pedimos lo que queremos, esos sentimientos se van acumulando y es muy perjudicial para todos.