En la sesión informativa del viernes sobre el coronavirus, la Casa Blanca una vez más deplorablemente restó importancia a la urgencia de contener el covid-19 en los Estados Unidos. En lo que se coincide con el Vicepresidente Pence es en la necesidad de reclutar jóvenes como parte de la solución.

El actual aumento de las infecciones por coronavirus se ha desplazado, sorprendentemente, a los adultos más jóvenes. En Florida, la edad media de los infectados ha bajado de 65 a 35 años. Las personas entre 20 y 44 años constituyen casi la mitad de los nuevos casos de covid 19 en Arizona. En algunas partes de Texas, la mayoría de las nuevas infecciones se dan en personas menores de 30 años.

Esto no es sorprendente – son los jóvenes los que más se aprovechan de la flexibilización de las normas de permanencia en el hogar. Tienen fatiga de cuarentena. Saben que no es probable que se enfermen terriblemente si contraen el virus; muchos tal vez ni siquiera sepan que lo tienen (lo cual, por supuesto, los hace más peligrosos, porque sin saberlo infectan a otros).

También se les culpa de una situación que no es culpa suya. Los Estados Unidos están en este lío en gran parte debido a un fallo de liderazgo político. Deberíamos haber contenido a Covid-19 mucho más agresivamente desde el principio. Los funcionarios públicos han enviado mensajes contradictorios, politizando algo tan básico como llevar máscaras. El propio presidente organizó un mitin en el interior que seguramente llevará a nuevas infecciones.