Han surgido como un improbable símbolo de división partidaria y una fuente de burla sin fondo para el Presidente Trump.
Pero las máscaras se acercaron cada vez más a convertirse en una nueva realidad nacional en la vida de los Estados Unidos marcada por la pandemia, con empresas, estados y expertos en salud predicando su promesa como la última línea de defensa del país contra una amenaza viral de rápido crecimiento.
Incluso mientras la Casa Blanca seguía resistiéndose a impulsar un mandato de máscara nacional, abundan las pruebas de que el cubrimiento de rostros se esta convirtiendo en un requisito de facto – y no sólo en las grandes ciudades donde se han utilizado ampliamente durante meses.
Los gobernadores de dos estados conservadores – Alabama y Montana – dijeron que la gente estaría obligada a usar máscaras en público. Los anuncios, que se produjeron cuando Alabama registró un nuevo pico de muertes en un solo día de covid 19 y Montana alcanzó un nuevo pico de casos, significan que casi la mitad de todos los estados tienen ahora un mandato de uso de máscaras.