El año escolar para las escuelas del condado de Greenville en Carolina del Sur comienza dentro de poco más de un mes, y los funcionarios todavía están luchando para averiguar cómo será la escuela para los casi 77,000 estudiantes del distrito. ¿Volverán los estudiantes a la escuela a tiempo completo? ¿O a tiempo parcial? ¿O incluso abrirán edificios escolares?
Cualquiera que sea el plan, el superintendente W. Burke Royster dijo que será impulsado por la pandemia, no por la política. Royster ayudó a crear una matriz que guiará el plan de reapertura de la escuela basado en la propagación del nuevo coronavirus, y hasta ahora, las cosas no se ven bien: El condado de Greenville tiene ahora más de 1,600 casos por cada 100,000 personas.
“Tratamos de tomar nuestras decisiones y basarlas en lo que es mejor para nuestros estudiantes y empleados y nuestra comunidad, y tratamos de hacerlo en todo momento con información objetiva y no en los vientos del discurso político”, dijo Royster. “Y ahora mismo, obviamente, creo que todos saben que son extremadamente fuertes”.
El presidente Trump lanzó este mes una agresiva campaña para que los niños vuelvan a la escuela a tiempo completo, amenazando con retirar los fondos federales de las escuelas que no cumplan – lo cual no tiene el poder de hacer – y arremetiendo contra las directrices escolares de su propia agencia de salud pública. La reapertura de las escuelas es vista como un elemento clave para reiniciar la economía, lo que hace que sea una parte crucial de su oferta de reelección.
