Mientras que la epidemia de COVID-19 ha cambiado todo, una cosa sigue siendo la misma: La detención de familias con hijos menores es injustificable.
Hace dos años, vimos con horror como se separaba a los niños de sus padres como parte de la política de inmigración de “tolerancia cero” de la administración Trump. Los más de 2,000 niños traumatizados que fueron separados de sus familias enfrentan un riesgo mayor de por vida de sufrir problemas de salud significativos como ansiedad, depresión y estrés postraumático, a pesar de la suspensión de la política por parte de la administración.
Ahora, durante la mayor crisis de salud pública del nuevo milenio, el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) se ve obligado a promulgar una vez más la separación familiar.
No podemos permanecer en silencio mientras el ICE considera agravar nuestra crisis actual perjudicando a los niños inmigrantes. Los niños deben ser liberados de la detención, y deben ser liberados con sus padres.
Este virus es mortal y se extiende con rapidez, especialmente en lugares de reunión como las instalaciones de detención de inmigrantes. Pero usar la amenaza de COVID-19 como excusa para separar a los niños de sus padres es indefendible por razones morales, éticas y médicas porque el ICE siempre ha tenido la discreción de liberar a las familias en la comunidad. Si el ICE incluso intenta separar a los niños, será nada menos que un abuso infantil patrocinado por el estado. Las consecuencias médicas y mentales adversas se producirán previsiblemente.
Los niños no deben estar en centros de detención bajo llave debido a los documentados e inevitables riesgos médicos y psicológicos. La pandemia ha aumentado exponencialmente los peligros y riesgos asociados a esta política de detención. COVID-19 ya ha causado brotes y muertes en varios lugares de detención congregados. Ante las amenazas a la salud y la vida, las familias que no representan ninguna amenaza para la comunidad deben ser liberadas de la detención. No hay ningún argumento legítimo que justifique poner a las familias en mayor riesgo de daño. Esta inimaginable – e intencional – crueldad debe terminar. Ya es hora de poner fin a la detención de las familias inmigrantes. Otra ronda de separación familiar no es la respuesta. Liberen a todos los niños con sus padres.