Desde que llegó a la oficina, el presidente de EE. UU. Donald Trump ha escogido obsesivamente los lazos que unen a América con sus aliados.
Esta semana, rompió una de esas cuerdas anunciando un plan para retirar cerca de 12,000 soldados de Alemania. Este delgado hilo verde de fuerzas ha ayudado durante tres generaciones a asegurar la paz en Europa, encarnando un compromiso inquebrantable entre los antiguos enemigos.
Sin embargo, la relación ahora, en particular si Trump es reelegido a finales de este año, está en caída libre, con destino desconocido.
Su decisión, si sus tweets han sido correctamente adivinados, parece ser para castigar a Alemania.
“Alemania paga a Rusia miles de millones de dólares al año por la energía, y se supone que debemos proteger a Alemania de Rusia. ¿De qué se trata todo eso?” Trump escribió en un post.
“Además, Alemania es muy deficiente en su cuota del 2% a la OTAN. ¡Por lo tanto, estamos moviendo algunas tropas fuera de Alemania!”
El jefe del comité de relaciones exteriores del parlamento alemán, Norbert Roettgen, respondió diciendo: “En lugar de fortalecer a la OTAN, va a debilitar la alianza. La influencia militar de los EE. UU. no aumentará, sino que disminuirá en relación con Rusia y el Cercano y Medio Oriente”.