Mientras que la pandemia aprovechó una serie de fallos sistémicos, los ataques prepandemia de Trump a la infraestructura federal, su falta de preparación para la llegada del virus y sus evaluaciones deshonestas de su expansión dieron lugar a una respuesta coja y partidista.
A veces, Trump ha tratado la situación con la seriedad que obviamente exige. En marzo, abogó por un amplio cierre de la economía para limitar su propagación. Más recientemente, advirtió de la expansión del virus en varios estados del Cinturón del Sol, semanas después de que esa expansión se llevara a cabo. Estas, sin embargo, son las excepciones. Incluso mientras los asesores de salud como Anthony S. Fauci y Deborah L. Birx están levantando fuertes alarmas sobre el curso actual del virus, Trump ha regresado a su posición por defecto: todo está bien – o, al menos, todo está tan bien como podría estar.
Considere los recientes pronunciamientos públicos del presidente sobre cómo van las cosas. Hubo un tweet suyo el fin de semana que socavó el testimonio de Fauci ante el Congreso, en el que el principal experto en enfermedades infecciosas del país atribuyó el aumento de nuevos casos a un fracaso en el cierre de la economía, o, en realidad, en mantener las cosas cerradas.
“¡Incorrecto!” Trump respondió. “Tenemos más casos porque hemos analizado mucho más que cualquier otro país, 60,000,000. Si hiciéramos menos pruebas, habría menos casos. ¿Cómo lo hicieron Italia, Francia y España? Ahora Europa, lamentablemente, tiene brotes.”
Esto se une a otros tweets, incluyendo uno de un lunes por la mañana, que afirma que las cosas están tan mal en otros países como en los Estados Unidos.
“Con la excepción de Nueva York y algunos otros lugares, hemos hecho MUCHO mejor que la mayoría de los otros países en el tratamiento del virus de China”, escribió. “Muchos de estos países están teniendo ahora una importante segunda ola”.
Todo esto es engañoso. El número de casos es independiente del número de pruebas, al igual que el número de coches con exceso de velocidad es independiente del número de multas por exceso de velocidad. ¿Cómo lo hicieron Italia, Francia y España? Después de ver los aumentos iniciales en los casos (y, tristemente, en las muertes), lograron tener el virus bajo control. Ese es el mismo patrón que se vio en Nueva York, pero no en los Estados Unidos en general o en varios estados grandes.
