Mientras que la nación se ha enfrentado a una pandemia mundial y a las imágenes de algunos alborotadores causando daños después de protestas pacíficas que reclaman justicia racial, cada vez más estadounidenses parecen estar armándose.
En julio de 2020, el FBI realizó más de 3.6 millones de verificaciones de antecedentes de armas de fuego, lo que lo convierte en el tercer mes más alto en el registro de verificaciones desde que la oficina comenzó a llevar estadísticas en 1998. En comparación, la oficina realizó poco más de 2 millones de controles en julio de 2019.
Según la ley de los EE. UU., los vendedores de armas con licencia federal deben hacer controles a cada comprador, ya sea que la compra se haga en una tienda o en una feria de armas. El comprador presenta su identificación al vendedor, rellena un formulario de la Oficina de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos de los EE. UU. – en el que se enumeran la edad, dirección, raza y cualquier antecedente criminal del comprador – y luego el vendedor presenta la información al FBI para su comprobación en las bases de datos con el fin de garantizar que los antecedentes criminales no impidan la compra.