Funcionarios rusos en Moscú dijeron que han ofrecido una “cooperación sin precedentes” con la Operación Warp Speed (OWS), el organismo multi-agencia de los EE.UU. creado para acelerar el acceso a las vacunas y tratamientos efectivos de Covid-19.
Pero los funcionarios dijeron que “EE.UU. no está actualmente abierto” a los avances médicos rusos.
“Hay un sentimiento general de desconfianza hacia Rusia por la parte americana y creemos que las tecnologías – incluyendo vacunas, pruebas y tratamientos – no están siendo adoptadas en EEUU debido a esa desconfianza”, dijo el alto funcionario ruso.
La Secretaria de Prensa de la Casa Blanca Kayleigh McEnany dijo que el Presidente Donald Trump ha sido informado sobre la nueva vacuna rusa. Dijo que las vacunas americanas pasan por pruebas “rigurosas” de fase 3 y por altos estándares de exigencia.
Otros funcionarios de EE.UU. dijeron que la vacuna rusa se considera tan poco desarrollada que ni siquiera había despertado el interés de EE.UU. de manera seria antes de su lanzamiento. “No hay manera de que los Estados Unidos prueben esta vacuna rusa ni siquiera en monos, y mucho menos en personas”, dijo un funcionario de salud pública del gobierno de los Estados Unidos.
Rusia anunció que había desarrollado una vacuna contra el coronavirus y el Presidente Vladimir Putin dijo que su propia hija la había recibido. Pero las pruebas aún no se han completado y algunos expertos se muestran escépticos sobre las afirmaciones.
La carrera para encontrar una vacuna efectiva – más de 20 están en pruebas alrededor del mundo – tiene implicaciones globales, no sólo para la salud de miles de millones de personas, sino también miles de millones potenciales en ingresos para el desarrollador y fabricante exitoso.