“Conozco a Joe”, dijo Obama. “Él sabe lo que se necesita para rescatar una economía, derrotar una pandemia y liderar nuestro país”. Y él escucha y Dirá la verdad”.
¿Y qué hacemos ahora? ¿Cuál es nuestra estrategia? En los últimos cuatro años, mucha gente me ha preguntado, “Cuando otros van tan bajos ¿aún funciona lo de ir alto?” Mi respuesta: ir a lo alto es lo único que funciona, porque cuando vamos a lo bajo, cuando usamos esas mismas tácticas de degradar y deshumanizar a los demás, nos convertimos en parte del feo ruido que está ahogando todo lo demás. Nos degradamos a nosotros mismos. Degradamos las mismas causas por las que luchamos.
Pero seamos claros: ir a lo alto no significa poner una sonrisa y decir cosas bonitas cuando nos enfrentamos a la crueldad. Ir alto significa tomar el camino más difícil. Significa raspar y arañar un nuevo camino hacia la cima de la montaña. Ir a lo alto significa oponerse con fiereza al odio, recordando que somos una nación bajo Dios, y si queremos sobrevivir, tenemos que encontrar una manera de vivir juntos y trabajar juntos a través de nuestras diferencias.
Y subir a lo alto significa desatar los grilletes de la mentira y la desconfianza con lo único que realmente puede liberarnos: la fría y dura verdad.
Así que déjame ser tan honesta y clara como pueda. Donald Trump es el presidente equivocado para nuestro país. Ha tenido tiempo más que suficiente para demostrar que puede hacer el trabajo, pero está claramente fuera de su cabeza. No puede cumplir con este momento. Simplemente no puede ser quien necesitamos que sea para nosotros. Es lo que es.