El presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, afirmó recientemente que si su rival demócrata Joe Biden gana las elecciones presidenciales de noviembre, China “será dueña” de los Estados Unidos y los estadounidenses tendrán que aprender a hablar chino.
Desde la perspectiva de Beijing, Trump parece haber debilitado las alianzas tradicionales y la reputación internacional de América. La propaganda china ha citado la respuesta de Trump a la pandemia, que ya ha matado a más de 177,000 estadounidenses, como prueba del fracaso del sistema político estadounidense y de su vacilante liderazgo mundial.
En los medios sociales chinos, los usuarios de Internet afirman que Trump está reforzando el régimen del presidente chino Xi Jinping al destruir a los Estados Unidos. Aunque Trump ha desencadenado un ataque contra China en forma de aranceles, sanciones y prohibiciones, ha actuado en gran medida de manera unilateral, sin el apoyo de aliados clave.
“Saben que Biden será un multilateralista, ya sea en materia de comercio, de seguridad o incluso de derechos humanos”, dijo Stephen Orlins, presidente del Comité Nacional de Relaciones entre Estados Unidos y China. “Tendrá un enfoque multilateral hacia China y por eso ellos temen una presidencia de Biden”.
De acuerdo con Minxin Pei, profesor de gobierno en el Claremont McKenna College y autor de “China’s Crony Capitalism”, Biden restablecería el apoyo de Estados Unidos a las organizaciones multilaterales, incluyendo la OMS, mientras que fortalecería el comercio y las alianzas militares de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), todo lo cual limitaría a China.
La división en las actitudes chinas hacia Trump y Biden dependen de si los funcionarios de Pekín están tomando una visión a corto o largo plazo. Los que tienen una visión a largo plazo prefieren a Trump, ya que lo ven como incompetente e incapaz de conseguir aliados a bordo, dando así a China más espacio para maniobrar. Otros cuatro años de Trump provocarían más divisiones internas dentro de Estados Unidos, reduciendo su capacidad de llevar a cabo con éxito una lucha a largo plazo contra China.
“La administración Biden puede concebir una estrategia a largo plazo que sea sostenible, que sea multilateral con el apoyo de los aliados, que realmente contenga el poder chino mucho más eficazmente durante las próximas dos o tres décadas”, dijo Pei.
Los que se centran en el corto plazo preferirían a Biden, ya que él pondría una pausa en las relaciones que se están deteriorando rápidamente. “Una administración Biden muy probablemente tendrá una pausa en lo que yo llamo este proceso de demolición, dijo Pei. “No está en el interés fundamental de los EE.UU. demoler la relación más importante del mundo.”