Muchos niños tienen amigos imaginarios; esta es la manera de no sentirse solos, de jugar para desarrollar y aprender habilidades de convivencia.
Los niños hablan, ríen y hacen gestos con sus amigos imaginarios. Generalmente aparecen entre los 2 y los 9 años.
Los psicólogos dicen que los amigos imaginarios forman parte importante en el desarrollo del niño, aunque muchas veces es un fenómeno que transcurre sin que los adultos lo noten.
Algunas veces, los amigos imaginarios son un complemento o un “yo auxiliar” que ayuda al niño a reflejarse y confrontarse consigo mismo. El niño experimenta tener el control en donde se refleja.
Los padres deben ver la situación como algo normal y recomiendan preguntarle al niño de manera natural sobre su amigo. Por ejemplo, se le puede preguntar a que juegan, su nombre y otro tipo de preguntas sencillas.