España recibió 2.5 millones de turistas internacionales en julio, un 75% menos que en el mismo mes de 2019, según el Instituto Nacional de Estadística del país.
El gasto también se redujo en un 17,8% por turista hasta los 994 euros (o unos 1,188 dólares).
El Secretario de Estado de Turismo, Fernando Valdés, explicó que estos “datos reflejan cómo COVID-19 está afectando negativamente al sector turístico debido a las restricciones a la movilidad internacional y a la falta de confianza en los viajes internacionales, un impacto que se está sintiendo en todo el mundo”.
La Asociación de Transporte Aéreo Internacional (IATA) dijo que hubo una “lenta mejora” en la demanda de pasajeros en Europa en julio en comparación con junio, pero aún así se derrumbó un 87,1% en comparación con el año pasado.
La IATA pidió a los gobiernos que trabajen juntos para restablecer la conectividad mundial y reabrir las fronteras, continuando al mismo tiempo “con las medidas de ayuda para sostener a las compañías aéreas durante la crisis de COVID-19”.
“Esta incertidumbre destruye la demanda”, dijo el CEO de IATA Alexandre de Juniac en una declaración el martes. “El diez por ciento de la economía mundial está sostenida por los viajes y el turismo; los gobiernos necesitan hacer más para reiniciarla”.
