Dos periodistas australianos que trabajaban en China han abandonado el país tras ser interrogados por la policía y obligados a buscar la protección del gobierno de su país.
El éxodo deja a los medios de comunicación australianos sin periodistas que trabajen en China por primera vez en casi 50 años.
El enfrentamiento diplomático comenzó cuando a los dos hombres – Bill Birtles, corresponsal en Beijing de la Corporación Australiana de Radiodifusión (ABC), y Mike Smith, corresponsal en Shangai de la Australian Financial Review (AFR) – se les dijo que eran “personas de interés en una investigación” sobre Cheng Lei, un presentador australiano de la emisora estatal CGTN. El gobierno australiano dijo la semana pasada que Cheng había sido detenida por la policía en China, aunque todavía no ha sido acusada de nada y las autoridades chinas no han revelado por qué está siendo investigada.
El gobierno australiano ya había advertido a la ABC que retirara a su personal de China antes de que los hombres fueran interrogados por la policía, según la emisora.
La ABC añadió que Birtles, por ejemplo, estaba ofreciendo bebidas de despedida cuando la policía visitó su apartamento y le dijo que tenía prohibido salir del país, y que sería llamado al día siguiente para ser interrogado sobre un “caso de seguridad nacional”.
Ambos periodistas se refugiaron entonces en las misiones diplomáticas australianas en Beijing y Shanghai, respectivamente, mientras que Canberra negoció con funcionarios chinos para que les permitieran salir del país. El enfrentamiento duró cinco días antes de que se anularan las prohibiciones de viaje y pudieran volar de vuelta a Sydney.